Introducción a la novela


Ponencia de la Presentación del libro
El objetivo inicial de componer Camino de la Alameda no fue otro que el de escribir para mis hijos sobre aquello que consideraba importante para ellos y que en el día a día resultaba difícil trasladarles; la intención era hablarles de conceptos tan abstractos como honestidad, respeto... y que es difícil trasmitir a los jóvenes. Fue esta la excusa para dar a mi escrito una forma literaria... Según avanzaba la novela adquiría un estilo sensorial, influída por mi pasión por el arte, para resultar al final una expresión de sentimientos y sensaciones, como pintar un cuadro impresionista pero con las palabras. Y al mismo tiempo nacía un texto cargado de un simbolismo que refleja la evolución de los personajes a lo largo de los siete capítulos, desde su lado más físico al más trascendental, como en un instrumento de siete cuerdas que había que afinar una a una para que todas vibrasen en armonía... 
Temática y personajes Camino de la Alameda es una novela de intriga, de carácter costumbrista y social, donde los personajes se enfrentan a un oscuro secreto, y la repercusión de sus actos hará que unos se salven y otros se condenen ante conflictos como corrupción y progreso mal entendido --como decía Gandhi: "El verdadero progreso social no consiste en aumentar las necesidades, sino en reducirlas voluntariamente; pero para eso hace falta ser humildes", algo relacionado con lo que nos recuerdan en un anuncio publicitario, que “no es más rico el que más tiene sino el que menos necesita--- La protagonista: para describirla en dos líneas escojo una frase de Gabriel García Márquez, extraída de su composición El dulce sabor de una mujer exquisita: “... Una mujer interesante no es aquella que se siente halagada al ser admirada por su belleza y elegancia, es aquella mujer firme de carácter que puede decir NO...” Y así es Laura, una mujer firme pero a la que el peso de los acontecimientos oscurece y hará que se tambalee, generándose en ella un fuerte conflicto interno, porque ante todo es una persona con las debilidades y fortalezas de cualquier ser humano.

A modo de conclusión, decir que Camino de la Alameda si algo pretende es ser un reflejo de una sociedad como la actual, y tender un puente entre dos mundos que a menudo caminan separados como son dinero y valores humanos. Mi ánimo es participar en un modelo de sociedad donde aprendamos a reducir las necesidades y a consumir más cultura, especialmente los jóvenes, para que ellos que son el futuro puedan concebir nuevas soluciones. Y me sentiría satisfecha si con esta novela, en la que he puesto mi esfuerzo por salir de esa zona confortable de resignación que nos atrapa, se encendiera una pequeña luz. No se pierde nada por intentarlo. Como expresa una bella frase: “una vela no pierde su luz por encender otra vela”. Y para ti, querido lector, solo deseo que disfrutes con su lectura.
La autora
En Daganzo, Madrid, el 10 de marzo 2011